Black Adam: ¿Quién soy y qué estoy haciendo aquí?


¿Color? Adonde vamos no necesitamos color.

Título original: Black Adam – EEUU, 2022 – Dir: Jaume Collet-Serra

La película es muy flojita y plagia con muy poco disimulo cosas que Marvel ha hecho mejor. Transcurre en un país exótico que tiene un mineral que no se encuentra en ninguna otra parte, pero no es un plagio porque se llama Eternium en lugar de Vibranium. El país entero está dominado por una banda criminal, sin mayor explicación (??!!). ¿Hay elecciones y al menos un presidente nominal? ¿Es una dictadura, una teocracia? ¿Quién da las órdenes exactamente? Sólo sabemos que son gente «mala» y armada, con una tecnología que nunca se ha visto en el universo cinemático DC (motos voladoras), y ni siquiera se sabe si son occidentales, porque también tienen moritos y negros (pero sí se menciona que están «robando los recursos»).

El tal Black Adam resucita, se pone a matar a todo quisqui sin pensárselo mucho y más o meno ahí acaba su desarrollo de personaje. Está cinco mil años en el futuro y no le interesa lo más mínimo el estado de su país ni del mundo, ni interactuar con nadie; viniendo de la edad de bronce no le sorprende la tecnología, y usa perfectamente el lenguaje del siglo XXI. Sus dos rasgos básicos son «no soy un héroe» y «si percibo a alguien como una amenaza lo mato».

La historia de la corona con poderes y el descendiente del gobernante malvado no puede ser más tópica, se hecho docenas de veces en una variante u otra. La mamá Lara Croft-wannabe y el hijo son personajes planísimos y les dan unos diálogos espantosos, aunque hay que decir que la señora está de muy buen ver.

Lo de la Sociedad de la Justicia es de traca. Los envía a morilandia la negra de Escuadrón Suicida, y eso es todo lo que se cuenta sobre ellos. ¿Qué es la Sociedad, por qué se formó? ¿Por qué no explican que en los cómics su publicación es anterior a la Liga de la Justicia? Una vez llegan al lugar de la acción, su antagonsimo con Black Adam es una premisa intereresante, pero en la práctica tiene menos tensión que un episodio de Pocoyó, y los personajes nunca llegan a funcionar. Te meten a Hawkman en una peli por primera vez en la historia… y no explican NADA de él. No es que yo sea el más puesto en el universo DC, pero al menos sé que el personaje es de otro planeta, un Thanagariano, civilización guerrera que se ha descrito profusamente en los cómics; aquí es un tipo genérico con alas y una maza. Además, ahora es negrata, porque Dios no permita que se estrene una peli de superhéroes este siglo sin un cambio de raza. Atom Smasher, un Ant-Man de mercadillo. ¿El Doctor Fate? Pierce Brosnan está mayor, lo siento, y el personaje tal como se presenta parece una copia del Dr. Extraño, aunque exista desde bastante antes. La mejor de todos, Cyclone, intepretada por la deslumbrante Quintessa Swindell, una de esas mujeres que llevan a los hombres a matar, o a traicionar a su mejor amigo.

¿Qué se puede decir bueno de la peli? Que es entretenida dentro de su desesperada incompetencia, y que visualmente da el pego pese al aspecto tan artificial de todo. Pero tiene cosas de palmearse la cara… algunas frases eran tan malas que resoplé en el cine, cosa que muy raramente hago («su poder sale de su oscuridad»); lo de lo zombis al final salido de ninguna parte… ¿Lo del «símbolo feminista»? Sí, bueno, si fuera tan fácil movilizar a una masa Bolsonaro quizá habría tomado el palacio presidencial estos días. En fin, uno de esos proyectos que salen adelante exclusivamente como vehículos de una estrella, sin ningún tipo de plan coherente detrás. Lo mejor de todo, además de Quintessa, los últimos 30 segundos, claro; incluso parece que John Williams puede haber cobrado alguna regalía…