Por Gabusán
Yo con esto de trabajar en traducciones a veces me veo en la tesitura de traducir productos derivados de series de televisión que, en principio, jamás me habrían interesado en lo más mínimo. Pero ya ven, así fue como descubrí Hannah Montana, que en principio me parecía un fenómeno de lo más marciano y acabé yendo a ver la película. Con iCarly me ha pasado algo parecido: me puse a ver un par de episodios “para documentarme” y he acabao que no puedo parar. En realidad es una serie muy tonta, algunos dirían que incluso tontísima, que sigue los mismos esquemas que Hannah Montana para sus personajes: la chica popular protagonista de la serie (Carly), su amiga del alma (Sam), un pringadete que le sirve de amigo-felpudo (Freddie) y una figura autoritaria, en este caso su hermano mayor (Spencer), que le hace las veces de padre. En teoría Carly no es huérfana, pero como si lo fuera, porque a los padres no se les ve el pelo. El hilo conductor de la serie es un web-show protagonizado por Carly y Sam. Se emite todas las semanas y consiste en ver a las dos mozuelas haciendo el idiota delante de una cámara. Lo triste del tema es que dos niñas monas convirtiéndose en estrellas de Internet gracias a que no tienen ningún sentido del ridículo es inquietantemente plausible. La audiencia de la bendita Red es así. El caso es que la serie, que jamás habría llegado a existir de no ser por el inaudito éxito de Hannah Montana, tiene episodios divertidísimos y me lo he pasado bomba viéndola.
Sam – Escuchad, os juro que no es sencillo, pero pronto podréis mentir y no sentir nada.
Sam es un personaje fuera de lo común en una teleserie juvenil como ésta. Recurre fácilmente a la violencia y tiene todas las características propias de una chica problemática de las que acabará enganchada a las drogas y como novia del jefe de una banda de moteros cuando sea mayor. A Freddie lo trae por la calle de la amargura, y lo tortura tanto física como psicológicamente sin ningún tipo de reparo, con la benévola aquiescencia de Carly, que contempla todo este maltrato como algo sin importancia e incluso divertido. Potente mensaje donde los haya para las niñas de todo el mundo: abusar y burlarse de los débiles es algo inconsecuente y divertido. Quizá no puedas ser tan popular como la chica guapa del colegio, pero puedes destacar a base de crueldad y delincuencia de bajo nivel. Brillante.
Freddie – Sí, ¡continúa besando sapos, Carly! Este príncipe puede esperar.
Definido por Sam como “ñoño computacional”, es un personaje que define la juventud amorosa de algunos. Está colado por Carly, ella no le corresponde, pero a él le da igual. Sigue a su lado como un perrito faldero con la esperanza de que algún día la moza deje de verlo como un amigo y pueda convertirse en su novio. Al igual que Sam, Freddie es un personaje con mensaje para las niñas de ahora: tener un moscón enamorado puede ser lo mejor que te puede suceder en la vida. Juega bien tus cartas y tendrás a un esclavo para que te resuelva los problemas con la informática. El mensaje para los chavales es que la perseverancia, el servilismo abyecto y la auto humillación continua es el modo correcto de cortejar a la muchacha que te gusta, especialmente si la susodicha muchacha ya se ha declarado como inalcanzable para ti.
Nevel – (¡Lo enviaste aquí! ¿No es cierto?) Ay, no lo sé. Envío a gente a tantos lugares…
Nevel en realidad no es uno de los personajes principales de la serie, pero es demasiado genial como para no mencionarlo. A sus 11 años dirige un sitio web de éxito que consiste en criticar y evaluar a otros sitios web, un hecho que revela nuevamente lo bien que han entendido los guionistas cómo funciona Internet: un lugar en el que los críos participan en las corrientes de opinión como si fueran adultos. Al igual que Freddie, Nevel está perdidamente enamorado de Carly pero, a diferencia de él, ha optado por el camino opuesto: en vez de bailarle el agua a la niña y reírle las gracias, se propone destruirla a toda costa y acabar con su show. Nevel es absolutamente genial, parece una mezcla del Dr. Maligno y Chiquito de la Calzada. Sus planes más malvados a menudo se ven frustrados porque tiene que someterse a la autoridad de su madre. Cuando sea mayor este chaval llegará lejos, ya lo verán.
Spencer – ¡Mira mi nave!
Es el hermano mayor de Carly, pero vamos, bien podría ser el menor, porque su ausencia de sentido común y falta de madurez resultan alarmante. Incluso su trabajo es ridículo: hacer estatuas de arte moderno con productos cotidianos. El encanto de Spencer es que, siendo un adulto, conserva un espíritu de niño que hace que te caiga simpático a la fuerza.
Carly – ¡Es tan ardiente que podría hornear galletas sobre él!
La superestrella absoluta del programa, Carly es la niña buena y dulce de la que se enamoran todos. Es responsable, tiene buen corazón y ejerce una influencia generalmente positiva en todos los que la rodean. Su presencia salva a la serie de la condena de las asociaciones de padres, ya que se supone que ella es el modelo a imitar, cosa que permite a los guionistas divertirse sin complejos con los otros personajes. Aunque la niña parece un dechado de virtudes, si te paras a analizarla, en realidad es bastante cuestionable: el ansia de fama puede con ella y es una aprovechada. Ella misma se pregunta por qué tolera a Sam, pero toda diva necesita un guardaespaldas y nada mejor para eso que una delincuente juvenil en potencia para esa labor. En cuanto a Freddie, le habría dado la patada hace mucho si no fuese porque lo necesita como realizador para su show. En cierto episodio, incluso perdió a un ligue por su culpa. Seamos sinceros, ¿qué adolescente conservaría a una amistad después de eso? En fin, que la niña pone a su show por encima de todo, sin duda consciente de que es su mejor apuesta para alcanzar el estrellato.
Dicen de iCarly que es la “nueva Hanna Montana”. Yo no acabo de verlo así, porque sin canciones y sin el apoyo de un canal como Disney Channel, no creo que la serie pueda alcanzar su máximo potencial de popularidad. Pero aún así, la serie es estupenda y no puedo dejar de recomendarla. Solo por ver los episodios con Nevel de por medio ya valen la pena. Eso sí, advierto que yo la he visto con el doblaje sudamericano, que es absolutamente épico, especialmente cuando se ponen a adaptar frases o términos en inglés https://apapers.org/ a nuestro idioma. El doblaje para España seguramente le matará la mitad de la gracia.