Blood Simple – Dir: Joel Coen – EEUU, 1984
Como estoy un poco hasta el gorro de escribir sobre pelis de Drácula, voy a hacer un paréntesis hablando de un tipo de cine más «culto». Concretamente, trataré de visionar toda la obra de los Coen, esos dos cineastas a los que podríamos llamar «los reyes del cine independiente». Joel y Ethan Coen son dos hermanos de origen judío nacidos en Nueva York, que firman películas conjuntamente en un equipo muy compacto. Joel se encarga de la dirección y Ethan ejerce de productor, mientras que los guiones suelen correr a cuenta de ambos. En cualquier caso parece que durante los rodajes estas fronteras se desdibujan y que ambos tienen una visión casi idéntica de cómo debe realizarse el film. A mí estas parejas de hermanos casi siameses me resultan un pelín siniestras, pero bueno, ellos sabrán. En este ciclo trataremos de analizar en profundidad su obra y ver si su reputación corresponde a lo que ofrecen artísticamente.
Su primer largometraje fue Blood Simple, realizado en 1984. La acción transcurre en Tejas, y arranca con una premisa muy sencilla: Abbyestá casada con Marty, el dueño de un club local. Él es un hombre algo tosco y extremadamente posesivo – se define a sí mismo como «anal»- y por ello la relación entre ambos está muy deteriorada. Cuando Ray, empleado del bar de Marty, le confiesa a Abby que ella siempre le ha gustado, las cosas caen por su propio peso. Los escarceos de la pareja llegan muy pronto a oídos de Marty, que había encargado a un orondo y no muy escrupuloso detective seguir a su mujer. Loco de celos, el marido engañado tiene muy claro que lo único que puede satisfacerle es el asesinato de los amantes. Para llevarlo a cabo recurre de nuevo al detective, confiando en que cumplirá el sucio encargo sin problemas a cambio de una generosa suma. Pero el aparentemente simple sabueso es más astuto de lo que parece.
Con este punto de partida, y usando apenas cinco personajes, se desarrolla una intriga muy efectiva. Los integrantes de la historia no están dotados de una especial profundidad, pero están bastante bien dibujados y resulta interesante ver sus interacciones. La trama funciona gracias a la información que el espectador conoce pero ellos ignoran: uno sabe que hay un asesinato, pero no quién es el autor; el asesino ignora que ha dejado una prueba que lo incrimina; otro ni siquiera sabe que hay un asesino suelto, y cuando lo descubre éste ya ha salido a su caza. Aparte de los giros del guión, también logra crearse tensión y sorpresa gracias a algunas secuencias muy bien planificadas.
«¡Oye, que yo no he hecho nada!»
Hay que destacar que, pese a tratarse de una opera prima y del limitado presupuesto, la película tiene una notable factura visual. Aunque los escenarios distan mucho de ser glamurosos, se les logra sacar un buen rendimiento mediante la puesta en escena. Los movimientos de cámara resultan también bastante creativos, y se nota cierta inquietud por no rodar de forma convencional. El trabajo interpretativo es muy correcto, destacando probablemente M. Emmet Walsh en el papel del detective, el personaje más pintoresco del film. Reseñable también el trabajo de Frances McDormand, a la que seguramente no escogieron por su atractivo físico, aunque su papel no lo requiere realmente. Los hermanos debieron quedar muy contentos con su trabajo, ya que la utilizaron en muchas de sus posteriores películas (claro que la cosa tiene truco, ya que Mc Dormand es la esposa del director, Joel Coen).La labor actoral es facilitada por unos buenos diálogos, y hay algunos momentos especialmente logrados; es un aspecto que ha dado celebridad a los hermanos en sus películas posteriores.
Aunque Blood Simple no es una película tremendamente ambiciosa, funciona muy bien dentro de su género y de sus propósitos, y es un producto con buen acabado. Podemos considerar a los hermanos cineastas artesanos, que ponen el peso de la película en el guión y en la creación de buenos planos, evitando trucos fáciles como las escenas de acción aparatosas o una excesiva recarga argumental. Quizá se le pueden reprochar al film algunas imágenes de violencia muy gráfica, recurso que en ocasiones impacta sin ofender y en otras sin embargo no resulta muy agradable. Seguramente éste sea el único aspecto de la película en que los Coen se entregan al efectismo. En definitiva, un primer trabajo muy interesante y de visionado agradable, especialmente recomendable para los que sientan curiosidad por conocer los comienzos de los famosos hermanos.